Las denuncias de abuso sexual contra niños y adolescentes, que en estos días tomaron estado público tras la detención de Marcelo Corazza, ganador del primer Gran Hermano, y la acusación contra el conductor Jey Mammon, ponen sobre la lupa una realidad invisibilizada y exponen la importancia de fortalecer el sistema de protección.
La detención del ex participante de Gran Hermano, acusado de integrar una red de explotación sexual y corrupción de menores, abrió de manera indirecta otras denuncias contra estrellas de la televisión, como el conductor Jey Mammon, quien fue suspendido por el canal Telefe luego de conocer la acusación.
El abuso sexual en la infancia y la adolescencia es una realidad invisibilizada en nuestro país y “uno de los los delitos más impunes porque son muy pocos los casos que se denuncian y que llegan a una condena”, según indica a Silvana Vignola, integrante de la Red provincial por los Derechos de la Niñez.
En diálogo con MD, la psicóloga y especialista en abuso sexual infantil repasa algunas señales para prestar atención y prevenir este delito: los abusos son detectables y hay indicadores que se deben tener en cuenta, siempre y cuando se encuadre en la etapa evolutiva. Es decir, no es lo mismo un niño o niña de 0 a 5 que un adolescente.
Si bien no hay un indicador que por sí solo explique algo, salvo por un relato o algún indicador físico (ITS o embarazo en niñas y adolescentes), hay ciertas actitudes o signos que pueden manifestarse y que son importantes tener en cuenta.
Indicadores que aparecen con frecuencia:
- Enuresis: cuando ya el niño o la niña tiene control de esfínteres y vive un retroceso donde se empieza a hacer pis.
- Encopresis: cuando el niño o la niña se empieza a hacer caca encima.
- Pesadillas, terrores nocturnos.
- Cambios significativos en estados de ánimo, por ejemplo, una niña que era muy alegre y pasa a estar introvertida o irritable.
- Indicadores en la producciones gráficas, en el juego de los niños y también en el juego, cuando aparecen algunas conductas o algunas escenas que que arman que reproducen en alguna escena que remite a la sexualidad adulta.
Además, Vignola explica que hay que saber distinguir niñeces que estén explorando su sexualidad, de niños/as que estén jugando al papá/mamá y llevan ese juego al movimiento de coito. O alguna mención que dé a entender que estén hablando del semen, por el olor o el color.
Algunos otros indicadores y signos que alertan en infancias pueden ser: conductas autolesivas, trastornos de la alimentación, fugas del hogar, pequeños robos o mentiras. Aunque esto es muy difícil de la adolescencia, porque la adolescencia tiene sus características.
“Como por ahí habrán escuchado, a veces el relato llega de manera tardía porque en la familia hay un mandato de guardar silencio. A veces la revelación suele ser tardía y asociada a alguna cuestión que pueda surgir en la familia de cualquier adolescente, que puede llegar a ser algún permiso para hacer alguna actividad o salida. Ante el enojo de una discusión en torno a este tema puede surgir el relato y allí se le resta credibilidad”, explica Vignola.
“Las familias lo terminan etiquetando problemático ante toda esa situación y el relato se desestima. Se desestima por los mecanismos de negación que operan en las familias. Pero estos mecanismos son los mismos mecanismos que operan también en las instituciones, la institución policial y judicial; la institución escolar; la institución de salud y en la comunidad”.
Educación Sexual Integral, una clave para prevenir y proteger
Para Vignola es fundamental “continuar garantizando la implementación efectiva de la ESI” y “fortalecer también con recursos no solo materiales sino con recurso humanos, con profesionales que tenga formación pero también perspectiva de género, de niñez, de derechos humanos y que estén formados para empezar a identificar estas problemáticas”.
“Me parece que hay que fortalecer las instancias de promoción, de trabajo no solo con los equipos de niñez, de salud, de educación, de género, etc. sino también fortalecer el trabajo con la comunidad y con las familias para que puedan identificar estas situaciones a tiempo”, concluye.
¿Cómo denunciar un abuso de forma anónima?
Es importante recordar que existen los números 102 y la línea 137 como líneas dónde se puede llamar, donde se puede hacer una denuncia anónima por lo que no es necesario identificarse o dar datos personales para que se pueda iniciar una intervención.