A dos años de la sanción de la Ley 27.610 que regula el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo y abandona el paradigma de la criminalización uno esperaría un clima festivo. Sin embargo, las socorristas descansan luego de que cuatro mujeres fueron detenidas entre el miércoles 21 y el sábado 24 de diciembre.
Si bien el lunes, gracias a la organización colectiva, lograron ser libres, este hecho demuestra que a pesar de la ley, aún queda mucho por cambiar.
En diálogo con MD Virginia, integrante de Socorristas en Red, nos relata cómo vivió estos últimos días y cuál es el camino hacia una real aplicación.
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Virginia es parte de la colectiva La Revuelta GBA y acompañante de abortos. Algunos días atiende la línea pública donde acuden las personas que necesitan información para acceder a un aborto seguro.
Otra tarea que lleva adelante junto con otras compañeras de la colectiva es articular y mantener diálogos con efectores del sistema de salud público y privado para favorecer el acceso a abortos a las personas que acuden a la colectiva con el fin de allanar lo más posible el acceso y así evitar los laberintos que muchas veces implica ese acceso.
MD: ¿Cómo vivieron estos últimos días con las compañeras detenidas?
V: Fueron días de mucha angustia y enojos, fue muy cruel e injusto que detuvieran a las compañeras. Pareciera que con la finalidad de amedrentar a quienes acompañamos abortos por la coincidencia de cercanía a la fecha en que celebramos los dos años con Ley.
MD: ¿Este tipo de situaciones es una novedad o las socorristas constantemente tienen que estar en alerta?
V: En 2022 Socorristas en Red cumplimos 10 años de activismo abortero, compartiendo con quiénes acuden a nosotrxs información para acceder a abortos seguros, desplegando cuidados en el armado de comunidad para la protección de la salud, tanto para la disminución de riesgos como para habilitar escuchas atentas que den alivios al devenir de la decisión de abortar, está situación no es para nada común en nuestro activismo.
MD: ¿Cómo ves la aplicación de la ley 27.610 en La Matanza?
V: La Matanza es un municipio muy grande y poblado con accesos muy irregulares. Está organizada en tres sectores, dependiendo de en qué parte de Matanza vivis te toca acercarte a lugares específicos. Esto hace que el acceso sea poco claro.
Algunos lugares tienen el circuito mas aceitado, otros no tanto, y suelen pedir más procedimientos de los que la ley plantea, principalmente en el primer trimestre, eso demora los tiempos de acceso, en algunos casos teniendo que ir primero al hospital, hacer varios estudios clínicos y luego a una salita para acceder a las indicaciones de usos seguros de misoprostol y acceso al medicamento y controles post aborto.
Por otro lado hay pocos hospitales que garanticen interrupciones de más de 14 semanas de gestación, eso también conlleva un problema ya que para la densidad poblacional del municipio deberían ser más hospitales garantizando ILEs en el segundo trimestre de gestación.
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MD: ¿Qué cambió desde aquella sanción que tanto han peleado y que cosas aún se pueden mejorar?
V: Yo creo que desde el debate en 2018, que el Senado votó por más abandono, el aborto empezó a estar en las mesas familiares, en las mateadas entre amigxs, en las calles y en los medios, eso ayudó a legitimar el aborto en la sociedad, a sacarlo del closet y ponerlo en boca de todxs. En 2020 con la sanción de ley y la posibilidad de que las mujeres y personas con posibilidad de abortar puedan acceder al derecho a abortar de forma legal viró a narrativas en torno al aborto desclandestinizantes. A la clandestinidad no volvemos más.
Aún falta mucho para el acceso universal y en los términos que define la Ley 27610. Hemos conseguido muchas cosas, pero aún estamos lejos de que la letra, con sus sentidos y perspectiva de derechos con la que está planteada se garantice en todo el país, por eso para nosotras es importante cuidar la ley y hacerla vivir en las instituciones.