El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, dió el paso fundacional en el ámbito institucional de su ruptura con la conducción de la expresidenta y su “madre política” Cristina Fernández de Kirchner. Dos de sus laderos más cercanos salieron con discursos contrapuestos a defender el desdoblamiento de las elecciones provinciales.
La decisión “unilateral”, según el kirchnerismo, del mandatario bonaerense que decidió vía decreto la eliminación de las PASO provinciales y el desdoblamiento de las elecciones legislativas y municipales para el 7 de septiembre, dinamitó los ya frágiles puentes de diálogo entre el “axelismo” y el resto de integrantes de la coalisión peronista.
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Sin el aval de los sectores que responden a Cristina Kirchner, Sergio Massa, Juan Grabois y un importante grupo de intendentes, Kicillof incumplió con la promesa de continuar con las negociaciones sobre la estrategia electoral del peronismo y la decisión, lejos de afianzar su autoridad, lo colocaron en el ojo de la tormenta del peronismo bonaerense.
Desde los sectores que responden a CFK y Sergio Massa, aseguran que durante la tarde del domingo se llevó adelante en La Plata una extensa cumbre de más de 8 horas dónde se negociaba el rumbo electoral de la provincia.
El gobernador se habría comprometido allí a pasar la negociación a un “cuarto intermedio” con la expectativa de llegar a un acuerdo que baje la tensión en el peronismo. Sin embargo, en el mediodía del lunes el gobierno provincial anunció una conferencia de prensa y adelantó que Kicillof anunciaría el desdoblamiento y la suspensión de las PASO, lo que se verificó más tarde en un discurso de más de dos horas del mandatario bonaerense. El martes, se desató una serie de fuertes cruces públicos en los medios de comunicación entre los funcionarios del gobernador y dirigentes, legisladores e intendentes que responden a CFK.
Defensa cerrada del “axelismo”
El ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés “El Cuervo” Larroque, se ubicó en la vereda opuesta de las críticas, y fue el más duro del sector del gobernador al denunciar un “golpe institucional” de La Cámpora contra el gobierno de Kicillof. “Empezó con el acto de Máximo en Atenas”, aseguró.
Larroque, ex integrante y secretario general de la organización, acusó a un “grupito de Máximo (Kirchner)“ de “menoscabar la figura del gobernador” y de priorizar “negocios políticos para cuatro vivos” por encima de los intereses del pueblo.
El ministro justificó la decisión de Kicillof como una muestra de su “potestad” y de su voluntad de “definir” el rumbo político de la provincia, frente a la falta de “contrapropuestas claras” por parte de otros sectores del peronismo.
Además, Larroque justificó su hipótesis del golpe institucional en la no aprobación del Presupuesto 2025 enviado a la Legislatura por el gobernador y que no logró el consenso necesario, ya que el peronismo no cuenta con mayorías, con los bloques opositores.
Desde la conducción del bloque de diputados de UP recordaron que se había logrado el compromiso de bloques opositores para votar el Presupuesto, pero no el endeudamiento, y que fue el propio Kicillof el que cerró la negociación al afirmar que no tenía sentido votar el Presupuesto sin el endeudamiento provincial.
En medio de un confuso episodio por negarse a realizar un test de alcoholemia en horas de la madrugada de este martes, el ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, repitió que la decisión de Kicillof no implica una “emancipación política” y que el gobernador “decidió después de escuchar” a los integrantes de su fuerza política.
Bianco se diferenció de las declaraciones de Larroque sobre el supuesto “golpe” de La Campora a Kicillof y negó que el gobernador fuera a pedir la renuncia de los ministros que responden a Cristina. “No sé, no lo escuche, pero no hay ninguna intención de modificar el gabinete”, aclaró.
Bianco reiteró el argumento “operativo” del desdoblamiento, vinculado a la implementación de la Boleta Única de Papel y el tiempo de espera para votar con ambos sistemas, y minimizó las preocupaciones sobre los posibles efectos negativos en la unidad del peronismo.
Asimismo, se refirió a la posibilidad de que Cristina Kirchner sea candidata, destacando la disposición del gobernador a “trabajar las condiciones para que sea la candidata de unidad”.
En esa línea remarcó que “votaría una lista de Unidad encabezada por Cristina”, pero advirtió que en caso de que hayan listas separadas “siempre voy a votar a mi espacio político. En el que estoy yo”, aclaró.
El ministro más cercano a Kicillof, subrayó que el Movimiento Derecho al Futuro, “no es un partido político, ni una alianza electoral”, pero que buscará buscar una alianza con otro espacio, “trabajaremos para que sea en unidad”.
Además enfatizó en que en el espacio del gobernador “no hay intención de enferntar a Cristina” y adelantó que las listas del nuevo frente “se tienen que definir conteniendo a todos los espacios del campo popular, inclusive sectores por fuera del peronismo que han venido participando de nuestra fuerza”, y ejemplificó con los casos como “el comunismo, el socialismo, el Partido Solidario, el Partido Intransigente”, entre otros.
Las declaraciones de Bianco lejos de disipar la crisis que envuelve al peronismo bonaerense, la tornaron más crítica. Es que, desde el peronismo alineado con CFK están cansados de la postura de victimización del gobernador, que no se haga cargo de lo que hacen sus intendentes y funcionarios más cercanos en los territorios y en declaraciones públicas y de que no explicite cuáles son sus diferencias concretas con la expresidenta o si es una discusión por la conducción del peronismo.
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La interna, lejos de encontrar una vía de resolución, aumentó con el correr de las horas, amenazando con fracturar aún más al espacio panperonista y debilitar su capacidad para enfrentar los desafíos políticos y electorales del 2025. Lo que es seguro es que, la intención de Kicillof de mostrar una fuerza de autoridad en el peronismo puso en juego sus intenciones de suceder a Milei en el sillón de Rivadavía a partir del 2027.