La industria gamer es una de las que más ha crecido en los últimos tiempos y su impacto en países como Argentina es evidente, convirtiéndose en una de las naciones referentes de América Latina en el sector, con más de 100 empresas y casi 2.000 empleados. En cuanto a audiencia e interés del público, se calcula que son 19 millones de jugadores en total, lo que significa un 42% de los habitantes. Esta cifra, que no ha parado de crecer en el último lustro, se explica sobre todo por el auge de los deportes electrónicos y el impacto de los juegos para celulares.
Y es que el mundo del juego para smartphones ha vivido una gran mejora en los últimos años. Más allá de la calidad de las producciones y la experiencia ofrecida a los usuarios, se tiene que poner en valor la creación de dispositivos, cuyo principal objetivo es dar respuesta a estos títulos que se encuentran en los mercados de aplicaciones, ya sea de forma gratuita o de pago. Y es que son varios los requisitos que se deben tener en cuenta para disponer de un aparato especializado para jugar y a continuación entraremos a detallar los cuatro aspectos más relevantes.
Diferentes experiencias disponibles
Títulos para celulares los hay de muchos tipos. Podemos encontrar desde aquellos especialmente diseñados para smartphones, como los últimos lanzamientos de sagas como Pokémon o Clash, hasta adaptaciones de actividades tradicionales a las pequeñas pantallas como podría ser el póker. Todas ellas presentan un nivel de jugabilidad adaptado a las prestaciones de estos dispositivos, ofreciendo partidas y campeonatos en línea de una manera inmediata y hasta la posibilidad de interactuar, de varios modos distintos, con el resto de internautas que participan.
Algunas de estas aplicaciones de juegos, sobre todo las de las categorías de conducción o de disparos, permiten a los teléfonos inteligentes la opción de incorporar accesorios y gadgets para vivir una experiencia lo más completa posible. Estamos hablando desde elementos tan básicos como baterías externas o auriculares hasta joysticks que permiten convertir el dispositivo en toda una consola portátil. Este paso dependerá, en gran medida, del tipo de juego que se practique y el nivel de comodidad que el usuario quiera conseguir.
Aspectos que tener en cuenta
El primero de los cuatro aspectos clave en los que uno se debe fijar al adquirir un celular gamer es el procesador. Este es el encargado de interpretar los datos de las plataformas instaladas y ejecutarlos. Así pues, cuanto más potente sea, mayor velocidad de respuesta tendrán las acciones realizadas. Para ello, se debe buscar uno que cuente con diferentes núcleos y la capacidad de estos, medida en gigahercios. Cuanto más alto sea este valor numérico, mejor se presentará la experiencia en nuestras pequeñas pantallas de bolsillo.
El almacenamiento y la memoria RAM se pueden juntar como segundo elemento que valorar. Por un lado, la capacidad de la memoria interna es clave para determinar cuántas aplicaciones se podrán descargar y qué número de ellas se podrá mantener de forma activa a la vez. Por otro, la conocida como RAM es un componente que almacena los datos de programas y aplicaciones utilizados. Una buena combinación de ambas garantiza el correcto funcionamiento del juego y la posibilidad de guardar la información.
El tercer aspecto, que no podía fallar y que en muchas ocasiones es todo un dolor de cabeza para algunos, es la batería. Se ha convertido en una de las características en las que más personas se fijan en el momento de adquirir un teléfono inteligente y esto se acentúa en el caso de los gamers. Contar con autonomía es fundamental, del mismo modo que lo es tener carga rápida, para disputar partidas sobre todo en línea. El rendimiento de esta va estrechamente relacionado con el procesador.
Y el cuarto elemento a comentar, de relevancia en muchas actividades, es la calidad de la pantalla. El punto diferencial en este sentido está en la resolución; solo de este modo se podrá observar y valorar el trabajo realizado por las productoras de videojuegos. Cuanto mejor observe uno lo que está sucediendo y se responda con mayor precisión los movimientos táctiles, mayor será la capacidad de reacción y menor la sensación de fatiga generada. Así pues, influye de manera directa en el rendimiento del usuario.