Un golpe comando de características cinematográficas tuvo lugar en pleno corazón de Morón, dejando al descubierto una preocupante vulnerabilidad en la seguridad del distrito. Una banda de delincuentes perpetró un robo boquetero en la joyería Litsa, ubicada estratégicamente sobre la calle Belgrano al 100, casi en la intersección con Almirante Brown.
Lo llamativo del hecho no solo radica en la magnitud del botín, aún no especificado pero calificado por el dueño como “todo”, sino también en la osadía de cometer el delito a escasos metros de la sede municipal y a tan solo dos cuadras de la Comisaría 1ª de Morón.
El robo, que se presume ocurrió durante la madrugada del lunes, aprovechando la menor circulación de personas debido al fin de semana largo, revela una planificación meticulosa por parte de los asaltantes.
Los delincuentes ingresaron al local tras realizar un boquete de aproximadamente 50 centímetros de diámetro desde una peluquería contigua. El acceso se produjo a través de una pared que conecta con una escalera interna, permitiendo a los intrusos moverse con libertad dentro de la joyería.
El propietario del comercio, Jorge, de 57 años, relató con angustia que los delincuentes no solo desactivaron el sistema de cámaras de seguridad, sino que también se llevaron los dispositivos DVR que contenían las grabaciones.
Si bien el monto total de lo sustraído aún no ha sido cuantificado oficialmente, el comerciante lamentó la pérdida de una “suma importante” que incluía dinero en efectivo, joyas y otros objetos de alto valor comercial. Un dato aún más alarmante es que Jorge confirmó no contar con seguro sobre los bienes robados, lo que agrava considerablemente el perjuicio económico sufrido.
“Se llevaron todo. Esto fue anoche alrededor de las 00.00 cuando empezó a sonar la alarma, según me dijeron. Me enteré esta mañana. Llamó uno de los policías y me comentó. Cuando me enteré me quería morir. Tengo alarmas y cámaras, pero no les importó nada”, expresó Jorge en diálogo con TN, reflejando la impotencia y la sorpresa ante la audacia del robo.
Un aspecto central de la investigación que lleva adelante la Unidad Funcional de Instrucción N.º 7 de Morón, a cargo del fiscal Matías Rappazzo, se centra en el funcionamiento del sistema de alarma de la joyería.
Las declaraciones del dueño sembraron dudas sobre la efectividad del servicio de Prosegur contratado. “Tenemos Prosegur, que no funcionó. No me llamaron. La pared tiene sísmicos y, cuando tienen sísmicos, suenan las alarmas. Nadie reaccionó. Entraron y estuvieron acá. Se llevaron todo. No me llamaron por teléfono desde la alarma. Tenemos cuatro teléfonos para que me llamen. No sé qué pudo haber pasado”, manifestó Jorge, dejando entrever su desconcierto y la falta de respuesta por parte de la empresa de seguridad.
Esta situación alimenta la hipótesis, que ya circula entre los comerciantes de la zona, sobre una posible participación interna o una “entregada”. La precisión con la que actuaron los delincuentes, desactivando las cámaras y dirigiéndose directamente a los dispositivos de grabación, sumado a la aparente falla del sistema de alarma, son elementos que los investigadores no descartan.
Desde que el hecho fue denunciado por el propietario a primeras horas del lunes, la Policía Bonaerense ha estado recolectando testimonios de vecinos y trabajadores de la zona.
Además, se están revisando las cámaras de seguridad de los alrededores en busca de imágenes que puedan ayudar a identificar a los delincuentes o los vehículos utilizados en la fuga.
Como medida preventiva inmediata, se dispuso una custodia policial en un local desocupado ubicado frente a la Municipalidad, sobre la calle Almirante Brown al 900, a escasos metros de la joyería asaltada. Esta acción busca brindar mayor seguridad en la zona y transmitir un mensaje de presencia policial ante la preocupación generada por este audaz golpe en pleno centro de Morón.