Con una movilización en el Obelisco, organizaciones sindicales, sociales y de derechos humanos reclamaron justicia por la muerte Facundo Molares, el hombre que murió tras el accionar de la represión policial porteña durante una manifestación, en tanto que desde distintos sectores coincidieron en señalar que estas acciones policiales no se pueden separar de la virulencia y estigmatización contra quienes ejercen su derecho a la protesta.
Facundo Molares: la violencia como política de Estado
Durante la tarde del jueves pasado el militante y fotorreportero Facundo Molares murió asfixiado por la represión policial del Gobierno de la Ciudad. El hecho tuvo lugar en el centro de la Ciudad de Buenos Aires. La víctima, 47 años, se encontraba manifestándose pacíficamente frente al Obelisco, y sin realizar cortes de tránsito, con el Movimiento Rebelión Popular del cual formaba parte.
Según testigos, antes de retirarse, la Policía de la Ciudad arremetió contra los protestantes y detuvieron a algunos, entre ellos al fotoperiodista que fue inmovilizado violentamente en el suelo con su cabeza morada. Luego de un tiempo, y a causa de los gritos de quienes se encontraban presentes, los oficiales le practicaron maniobras de reanimación que resultaron fallidas y, al ser trasladado al Hospital Ramos Mejía, fue dado por muerto.
Inmediatamente comenzó a difundirse mediante redes sociales un video que filmó un testigo. En él se encontraba el fotoperiodista inerte en el suelo y rodeado por la fuerza policial.
Frente a esta situación, por decisión judicial, la Policía de la Ciudad quedó apartada de la causa para que la Policía Federal intervenga y el ministro de seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Eugenio Burzaco, afirmó que los oficiales respondieron luego de que “comenzaran a agredir con palos a los efectivos”. Además, se encargó de remarcar que Facundo murió a causa de un problema cardíaco y no por el accionar policial.
No obstante, diversas organizaciones sociales y de derechos humanos no dudaron en congregarse en el Obelisco pidiendo respuestas esclarecientes y demostrando repudio frente a estos hechos. Por su parte, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) declaró que este accionar institucional atenta sobre la democracia y pone en peligro la vida y derechos de los ciudadanos argentinos. “Estas acciones policiales no pueden separarse del ataque y la estigmatización permanente de parte de sectores políticos contra quienes ejercen su derecho a la protesta. Manifestarse no puede ser una decisión que ponga en riesgo la vida”, afirmaron.
Por su parte, el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta lamentó la muerte del manifestante pero brindó “completamente” su respaldo al “accionar de la Policía de la Ciudad” y dijo que el cuerpo policial de CABA que llevó a cabo el operativo “actuó con profesionalismo conteniendo los hechos de violencia”.
En tal sentido, distintos sectores sociales coincidieron en catalogar la muerte de Facundo Molares como un caso de violencia institucional y rechazaron las declaraciones del jefe porteño ya que discursos como ese instalan a la violencia como instrumento de democracia. “Manifestaste no puede ser una decisión que ponga en riesgo la vida”, advirtieron desde el Cels.